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| Esta muñeca de trapo es donada por una de nuestras socias, Isabel Agüera Sanmartín el día 29 de marzo |
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| Os cuento la historia que tiene en un librito, dentro de un bolso, que cuelga de su hombro.
Mi nombre proviene del griego y significa "sin embriaguez" mente sobria. Así, que para rendirle honor a mi nombre y con la mente despejada, me calcé y vestí con las ropas de hombre de mi casa. Me corté el pelo y con este me hice un
bigote postizo que me pegué con pegamento debajo de mi nariz.
Nadie debía reconocerme, esa era la idea.
Cómodamente ataviada me colgué mi bolso de Amatista, mi pañuelo de Amatista y este diario en el que anotaría cada uno de los pasos que me tocaría dar en ese mundo de hombres, en el que había decidido camuflarme.
Me colgué en la solapa de mi chaleco una Virgen de Guadalupe, de mi tío el cura. Cogí mi vara de senderista, un escudo de mi abuelo que ganó en no se que batalla. Porque él no fue a la mili.
El motivo de toda esta aventura es porque necesito conocer y entender la psicología de los hombres, y el machismo que los rodea. Yo sería un macho en toda regla.
Lo primero que hice fue escribir un decálogo
1- A los hombres los pare una mujer
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